Clr. Natalia G. Lange

Clr. Natalia G. Lange

Desarrollo Personal | Esp. en Duelos | Psi. Social

Imagen. Mariposa

Las cuatro tareas que podés realizar para superar el duelo

Hay ciertas tareas que se deben realizar para restablecer un equilibrio y completar el proceso de duelo. No necesariamente siguen un orden. El duelo es un proceso y no un estado, estas tareas requieren esfuerzo. Tampoco se trata de un proceso lineal, puede reaparecer y se tendrá que volver a trabajar.

Tarea del duelo I: aceptar la realidad de la pérdida.

La primera tarea del duelo es enfrentar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha ido y no volverá.

La negación implica: Negar la realidad de la pérdida, desde una pequeña distorsión a un engaño total. Un ejemplo de ello es la de los padres que pierden a un hijo y conservan la habitación tal como estaba antes de la muerte. Esto no es extraño a corto plazo pero se convierte en negación si continúa durante años. En la distorsión, por ejemplo; la persona ve al fallecido personificado en uno de sus hijos. Esta distorsión dificulta la aceptación de la realidad de la pérdida. 

Negar el significado de la pérdida, la pérdida se puede ver como menos significativa de lo que es. Ej: “no era un buen padre”, “no estábamos tan unidos”. Es como si los sobrevivientes se protegieran a sí mismos.

Negar que la muerte sea irreversible,  la esperanza de reunirse con la persona muerta es normal en los primeros días o semanas después de la pérdida; sin embargo la esperanza prolongada de dicha reunión no lo es. Esta tarea lleva tiempo y los rituales tradicionales como el funeral ayudan a caminar hacia la aceptación.

Tarea del duelo II: trabajar las emociones y el dolor de la pérdida. 

Es necesario reconocer y trabajar este dolor o éste se manifestará mediante unos síntomas u otras formas de conducta disfuncional.

Puede haber una sutil interacción entre la sociedad y la persona en duelo que hace difícil completar esta segunda tarea, llevándola a negar la necesidad de elaborar los aspectos emocionales. Esto sucede con expresiones como: “no necesito elaborar el duelo”. La persona puede bloquear sus sentimientos y negar el dolor, se protegen de pensamientos dolorosos, idealizan al muerto, utilizan alcohol o drogas. Al dolor hay que sentirlo y saber que algún día se pasará.

Si la tarea II no se cumple adecuadamente puede que más adelante sea necesaria una terapia prolongada siendo más difícil retroceder y trabajar el dolor que se ha estado evitando.

Tarea del duelo III: Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente.

Cada persona le va a dar el significado que corresponda según la relación establecida con el fallecido y de los distintos roles que desempeñaba. Este darse cuenta comienza alrededor de los tres meses después de la pérdida e implica manejar situaciones que antes dependían del fallecido. Los intentos de cumplir con los roles del fallecido pueden fracasar y esto lleva a la sensación de una baja autoestima; con el tiempo estas imágenes negativas dan paso a otras positivas y los sobrevivientes se sienten capacitados para continuar con las tareas y aprender nuevas formas de afrontar el mundo.

Detener la tarea III es no adaptarse a la pérdida, aislándose del mundo y no asumiendo las exigencias del medio.

Tarea del duelo IV: Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

Una persona en duelo nunca olvida del todo al fallecido y nunca rechaza totalmente su rememoración. Debe encontrarse un lugar adecuado para mantener la memoria del ser querido, un lugar importante pero que deje espacio para los demás.

La tarea del asesor es ayudarle a encontrar un lugar dentro de su vida emocional, un lugar que le permita al doliente continuar viviendo de manera eficaz.

La IV tarea se entorpece manteniendo el apego del pasado en vez de continuar formando otros nuevos. Esta tarea es la más difícil de completar, se quedan bloqueados y más tarde descubren que su vida se detuvo cuando se produjo la pérdida.

Decimos que un duelo es acabado cuando la persona es capaz de pensar en el fallecido sin dolor; la sensación de tristeza existe siempre cuando se piensa en el ser querido que se perdió pero es un tipo de tristeza diferente, sin manifestaciones físicas como la opresión en el pecho o un llanto descontrolado. El duelo acaba cuando la persona puede invertir sus emociones en la vida y en los vivos.

¿Necesitás atravesar las cuatro tareas del duelo?, contactame.

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